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75 El consumo de alcohol y la embriaguez suelen aparecer durante la adolescencia y se han descrito como un grave problema de salud pública en todo el mundo. Europa tiene los niveles de consumo de alcohol más altos del mundo y el alcohol es uno de los principales factores de riesgo de mortalidad prematura. Así pues, el alcohol plantea enormes riesgos para la salud y la seguridad (OMS, 2018). Gracias a su disponibilidad, el alcohol es una de las drogas más consumidas por la población adolescente . La juventud consume alcohol para satisfacer necesidades sociales y personales, mejorar el contacto con sus iguales e iniciar nuevas relaciones (OMS, 2018). Las transiciones del desarrollo, como la pubertad y el aumento de la independencia, también se han asociado con el consumo de alcohol (Gutiérrez y Sher, 2015; Marshall, 2014). Estudios epidemiológicos han detectado el desarrollo de un nuevo patrón de consumo de alcohol en la adolescencia. Este patrón se caracteriza por beber grandes cantidades de alcohol durante un corto periodo de tiempo, especialmente en el tiempo de ocio y los fines de semana, con periodos de abstinencia entre los episodios de consumo (Carvajal y Lerma-Cabrera, 2014). A pesar de que los y las jóvenes beben con menos frecuencia que los adultos, en promedio consumen más cantidades por ocasión de consumo que las y los bebedores adultos. En concreto, en comparación, los y las adolescentes beben más del doble por episodio de consumo de alcohol. Podemos decir que muestran un patrón de consumo compulsivo.

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